Los enjambres de satélites autónomos de la NASA allanan el camino para una exploración espacial revolucionaria

El Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley está logrando grandes avances en el desarrollo de enjambres de satélites, grupos de naves espaciales que trabajan juntas como una unidad. La agencia dice que la capacidad de operar de forma autónoma sin la necesidad de una guía constante de los controladores de la misión abrirá nuevas posibilidades para la investigación y exploración científica, especialmente cuando tales misiones se aventuren en el espacio profundo.

El equipo de Ames se ha dedicado a investigar tecnologías de enjambre durante varias décadas. Este verano, sus esfuerzos alcanzarán un hito significativo con el lanzamiento de la misión Starling al espacio. El objetivo principal de esta misión es probar nuevas tecnologías que permitan que cuatro naves espaciales operen sin problemas y de manera coordinada, dependiendo únicamente de los recursos a bordo sin la participación continua del control terrestre.

Los resultados obtenidos de los experimentos de Starling serán de gran utilidad para los investigadores de Ames, que actualmente se están preparando para una futura misión de enjambre centrada en el estudio del sol.

¿Confundido entre un enjambre y una constelación?

Según la NASA, mientras que ambos términos se refieren a grupos de naves espaciales que trabajan hacia un objetivo común, una constelación consiste en una nave espacial individual que opera de forma independiente. Si bien las constelaciones pueden ser útiles en situaciones específicas, los desafíos y las complejidades aumentan exponencialmente con la cantidad de naves espaciales en funcionamiento.

Por el contrario, Swarm combina múltiples talentos con la autocoordinación. Cada nave espacial dentro del enjambre tiene la capacidad de comunicarse con sus contrapartes, monitorear y ajustar su posición relativa y maniobrar para llegar a su ubicación designada. Esto permite que el enjambre recopile datos de manera colectiva, determinando de manera inteligente qué miembro es el más adecuado para obtener mediciones óptimas y cuál debe enviar datos a la Tierra. Como resultado, el papel de los controladores terrestres se simplificó en gran medida, ya que se les liberó de la necesidad de comandar individualmente cada nave espacial para lograr los objetivos científicos de la misión.

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Los investigadores de Ames desarrollaron el Proyecto de Autonomía de Naves Espaciales Distribuidas (DSA), una iniciativa innovadora destinada a madurar las tecnologías críticas necesarias para futuras misiones de enjambre a través de rigurosos estudios de simulación y lanzamientos de naves espaciales. Al brindar a los enjambres la capacidad de planificar y programar sus operaciones de forma independiente en condiciones variables, DSA permite que estos grupos de satélites tomen decisiones informadas sobre las observaciones científicas más valiosas y deleguen tareas a la nave espacial más apropiada dentro del enjambre.

En una simulación notable, el equipo ejecutó la friolera de 100 SmallSats de manera coordinada. La tecnología pronto se probará por primera vez en el espacio.

«Los enjambres le brindan muchas capacidades adicionales. Le permiten realizar mediciones científicas multipunto. Son más robustos, gracias a la redundancia en múltiples naves espaciales. Y porque pueden reaccionar de manera rápida e independiente a los datos que recopilan», dijo. Howard Cannon, gerente de proyectos de Starling en Ames.: “¡Oh, hay algo interesante! Necesito mirar eso».

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