Apple ha pedido a los proveedores que construyan hasta 90 millones de iPhones de próxima generación este año, un fuerte aumento con respecto a los envíos de iPhone de 2020, según personas familiarizadas con el tema.
El gigante tecnológico Cupertino, con sede en California, ha mantenido un nivel constante en los últimos años de casi 75 millones de unidades para la ejecución inicial desde el lanzamiento del dispositivo hasta fin de año.
El pronóstico actualizado para 2021 indica que la compañía espera lanzar un iPhone por primera vez desde la introducción de las vacunas Covid-19, lo que abrirá una demanda adicional.
Los próximos iPhones serán los segundos de Apple con 5G, una gran tentación que empuja a los usuarios a actualizarse.
Las fuentes, que pidieron no ser identificadas porque los planes no son públicos, dijeron que la actualización de este año será más incremental que el iPhone 12 del año pasado, centrándose en las mejoras del procesador, la cámara y la pantalla.
Apple planea hacer actualizaciones a todos los modelos existentes, que se extienden a las versiones regulares de 5.4 pulgadas y 6.1 pulgadas y los modelos Pro de 6.1 pulgadas y 6.7 pulgadas. Se espera que los teléfonos, con nombre en código D16, D17, D63 y D64, se anuncien en septiembre, antes del lanzamiento del año pasado en octubre, gracias en parte a una recuperación en la cadena de suministro.
Al menos una de las nuevas versiones tendrá una pantalla LTPO (óxido policristalino de baja temperatura) capaz de cambiar la frecuencia de actualización en función del contenido mostrado.
Apple ha utilizado esta tecnología en el Apple Watch durante varios años, lo que permite que la pantalla funcione más lentamente en ciertas situaciones, como el modo siempre encendido, para extender la vida útil de la batería. Oppo, OnePlus y Samsung ya tienen pantallas LTPO en sus teléfonos insignia.
Los nuevos iPhone con pantallas LTPO también utilizarán la tecnología IGZO (óxido de zinc, galio y indio) para mejorar la eficiencia energética y la capacidad de respuesta.
Si bien el diseño de los nuevos teléfonos de Apple se mantendrá prácticamente sin cambios, la compañía planea reducir el tamaño de la cámara frontal y el sensor de desbloqueo facial, o muesca, para que coincida mejor con sus competidores.
La compañía espera eliminar por completo la muesca en una versión futura del iPhone y es probable que se reduzca aún más el tamaño el próximo año.
Un portavoz de Apple se negó a comentar.
Las actualizaciones de la cámara de Apple se centrarán en funciones de grabación de video más avanzadas, como el zoom óptico mejorado. También se incluirá un sistema de desarrollo en un chip, construido alrededor de los mismos seis núcleos que el chip A14 actual.
La compañía ha probado un escáner de huellas dactilares en pantalla para los dispositivos de este año, pero es probable que esta característica no aparezca en esta generación.
Si bien Apple ha pedido a los proveedores que construyan hasta 90 millones de unidades, el número real puede estar a unos pocos millones de unidades por debajo de ese objetivo. Se entiende que el negocio de teléfonos inteligentes sancionado de Huawei es un factor importante en los crecientes pedidos de carga de Apple.
No se espera que la actual escasez de chips que ha socavado las operaciones en muchas industrias globales afecte la producción de los próximos iPhones.