Después de meses de tensiones crecientes entre Washington y Beijing en medio de conversaciones sobre la separación económica y una nueva Guerra Fría, Joe Biden y Xi Jinping en Bali buscaron aliviar las tensiones. Los desacuerdos en la fuente de las tensiones, incluidos los relacionados con Taiwán, los derechos humanos, la competencia tecnológica y el comercio justo, siguen siendo muy intensos, pero la reunión del lunes podría ayudar a frenar el deslizamiento hacia el conflicto.
En los últimos meses, parece que Biden ha abandonado la política de ambigüedad estratégica de Washington sobre la defensa militar de Taiwán, mientras que el estado de ánimo en el Congreso se ha vuelto cada vez más hostil hacia China. Pero cuando se reunió con el presidente Xi, el mandatario estadounidense reafirmó su compromiso con la política de una sola China y rechazó abiertamente la idea de la independencia de Taiwán.
Xi dijo que el problema de Taiwán «está en el centro de los intereses fundamentales de China» y es fundamental para la relación entre China y Estados Unidos. Rechazó la afirmación colectiva de Occidente de que tenía un sistema de gobierno superior.
«La llamada narrativa de ‘democracia versus autoritario’ no es el sello distintivo del mundo de hoy, y mucho menos representa la tendencia de los tiempos. El presidente Xi señaló que los dos países están en caminos diferentes; mientras que Estados Unidos practica el capitalismo, China practica socialismo. Tal declaración china a la reunión dijo. La diferencia no es nueva y seguirá existiendo.
[ The Irish Times view: a high level talking shop ]
Biden llegó a Bali animado por el sólido desempeño de los demócratas en las elecciones intermedias, y la convención del Partido Comunista del mes pasado consolidó el control del poder de Xi en China. La reunión de Xi con Biden siguió poco después de que otros se reunieran con el canciller alemán Olaf Schulz y líderes de Pakistán, Vietnam y Tanzania.
Después de años de aislamiento debido a la pandemia de Covid, el regreso de Xi al escenario mundial lo verá asistir a las cumbres del G20 y APEC esta semana. Apec es un grupo de 21 países del Pacífico que promueven la cooperación económica y es importante para China como organismo regional. China no ve al G-20 como una extensión del Grupo de los Siete, sino más bien como una expresión de multipolaridad con muchos estados miembros que comparten las dudas de Beijing sobre la superioridad moral del Occidente colectivo.
Está muy claro que a China le interesa mejorar las relaciones con Washington, ya que los temores de aislamiento económico y diplomático se han combinado con una política de cero covid para desalentar el crecimiento. Cualquier mejora o estabilización de la relación de Beijing con Washington también tiene implicaciones para Europa, aliviando la presión sobre algunos gobiernos para que adopten una línea más dura con China.