La Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977, cruzó el espacio interestelar en 2012 y proporcionó datos invaluables sobre esta remota región. Crédito de la imagen: Space.com
La nave espacial Voyager 1 de la NASA, que comenzó a comportarse de manera extraña en noviembre de 2023 y enviaba datos ambiguos, ahora está nuevamente en pleno funcionamiento, para alivio de los científicos y entusiastas del espacio. Casi ocho meses después, sus cuatro instrumentos científicos vuelven a enviar datos utilizables a la Tierra.
La Voyager 1, que se lanzó el 5 de septiembre de 1977, comenzó a enviar datos confusos en lugar de su código binario habitual en noviembre pasado. Dada la edad de la nave espacial (47 años) y su ubicación en un espacio interestelar inexplorado, a 15 mil millones de millas (o alrededor de 24 mil millones de kilómetros) de la Tierra, no era sorprendente que pudiera encontrar problemas técnicos.
A pesar de los desafíos, el equipo de la Voyager 1 se mantuvo firme en el diagnóstico y solución del problema.
Identificaron una falla en el subsistema de datos de vuelo (FDS), que es responsable de empaquetar los datos para su transmisión a la Tierra. Una investigación detallada identificó el chip defectuoso, lo que permitió al equipo idear una solución alternativa.
Al redirigir el código a una nueva ubicación en el FDS, la Voyager 1 transmitió con éxito datos claros el 20 de abril de 2024. Inicialmente, solo dos de los cuatro instrumentos científicos estaban operativos, pero ahora todos los instrumentos están operativos y se comunican de manera efectiva con el Control de la Misión.
Los expertos han señalado que incluso si la Voyager 1 permaneciera en silencio, aún se consideraría una misión exitosa.
Lanzada originalmente para estudiar Júpiter y Saturno, la nave espacial completó ese objetivo principal en 1980. Desde entonces, la Voyager 1 ha continuado su viaje, llegando al espacio interestelar en 2012 y proporcionando datos invaluables sobre esta remota región.
Con la nave espacial nuevamente en funcionamiento, el equipo de la Voyager 1 planea continuar con los esfuerzos de reactivación.
Esto incluye resincronizar el software y el mecanismo de cronometraje y realizar un mantenimiento de rutina en la grabadora digital que mide las ondas de plasma.
La resistencia de la Voyager 1 y la determinación del equipo resaltan el legado duradero de la misión. A medida que continúa alejándose de la Tierra, la Voyager 1 sigue siendo un testimonio del ingenio humano y la búsqueda del conocimiento en la vasta extensión del espacio.
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