Los trabajadores aquí recibirán el mayor aumento salarial en una década, y se espera que el ingreso real (ajustado a la inflación) aumente casi un 9 por ciento en los próximos tres años, según el Banco Central de Irlanda.
Las perspectivas salariales positivas se producen en el contexto de una rápida disminución de la inflación general, que se espera que promedie sólo el 2 por ciento este año, frente a más del 5 por ciento el año pasado, y la continua tensión en el mercado laboral. Lo que apoya el crecimiento salarial.
En su último boletín económico trimestral, el Banco Central esperaba que “la remuneración de cada empleado” aumentaría anualmente en un promedio de 2,9% en términos reales entre 2024 y 2026.
Sin embargo, advirtió que los aumentos salariales serían desiguales debido a los recientes cambios en el salario mínimo y a los aumentos graduales y retrasados en los salarios del sector público derivados del New Deal, que, según ella, conduciría a grandes aumentos salariales anuales. El segundo y tercer trimestre de 2024.
El regulador financiero dijo que el aumento esperado en el ingreso real respaldará el gasto de los consumidores, lo que a su vez conducirá a un crecimiento modesto pero estable en la economía nacional.
Se espera que la economía nacional, medida por la demanda interna ajustada, crezca a una tasa anual promedio del 2 por ciento durante los próximos tres años. El banco dijo: «Se espera que la débil demanda externa y las limitaciones de las capacidades internas afecten el ritmo de crecimiento en el horizonte previsto».
También advirtió que los factores internos son ahora el principal impulsor de la inflación. Si bien el crecimiento de los precios generales cayó al 4 por ciento en enero pasado y se espera que promedie solo el 2 por ciento este año, la inflación en el sector de servicios se mantiene por encima del 5 por ciento y se espera que disminuya gradualmente hasta 2017.
El banco central advirtió que, de concretarse, varios riesgos podrían llevar a la economía a desviarse del actual camino esperado de crecimiento estable y baja inflación.
Estos incluyeron nuevos aumentos en los precios de la energía debido a las tensiones geopolíticas en curso en el Medio Oriente; una recesión prolongada en la economía global, que perjudicaría las exportaciones; Los aumentos de los costos laborales superan la productividad, lo que generaría presiones inflacionarias excesivas.
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