Entrenador de Galway suspendido durante cuatro años por negligencia

El entrenador de Galway, Stephen Mahon, ha sido prohibido entrenar durante cuatro años por la Junta Reguladora de Carreras de Caballos de Irlanda.

Se descubrió que Mahone había violado las reglas con respecto al cuidado de los animales y la supervisión adecuada por parte del comité de referencia de la Junta Reguladora de Carreras de Hípica de Irlanda, que emitió su fallo el jueves.

Se llevó a cabo una inspección en el establo de Mahon en Kilculgan el 13 de abril, tras lo cual se suspendió la licencia de su entrenador.

La comisión dijo que hubo «fallas múltiples y generalizadas para brindar bienestar animal» en los establos de Mahón.

La Comisión escuchó más de 16 horas de prueba de un total de 13 testigos.

Durante la manifestación, la comisión escuchó cómo un caballo, al que se hace referencia en el informe como Animal A, fue colocado el día de la inspección debido a lo que se describió como una «lesión catastrófica» en la articulación Fetlock.

Se le dijo al comité que el día antes de la inspección, el Animal A fue inscrito para correr en Ballinrobe más tarde esa semana.

En Kilculgan se ha informado de otro caballo «debilitado». En total, la comisión documentó deficiencias relacionadas con 11 caballos, incluidos siete que resultaron ser cuidados inadecuados en el campo.

A Mahone se le prohibió entrenar durante cuatro años hasta el 14 de abril de 2025, la sentencia más larga jamás dictada a un entrenador en Irlanda.

Aceptaron el remordimiento de Mahone, pero revocaron su licencia y le ordenaron pagar 5.000 € en costas legales al IHRB.

El panel estuvo presidido por el juez Tony Hunt.

Esta es la segunda vez que la Ley de Derechos Humanos y Derechos Humanos castigan a Mahón por descuidar a los animales bajo su cuidado.

En 2008, su licencia fue suspendida por cuatro meses y el tribunal civil le ordenó pagar 34.000 € al propietario del Pike Bridge.

El tribunal determinó que la raza de pura raza había sido tan descuidada que tuvo que ser sometida humanamente para detener el sufrimiento innecesario. Aunque el IHRB no encontró evidencia de crueldad con el caballo, señaló «total desprecio por los procedimientos operativos normales de un establo con licencia».

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