España hace todo lo posible cuando se trata de festividades, y la celebración de Navidad no es diferente.
Pero es el precursor del día de Navidad lo que hace que el 25 de diciembre sea tan especial.
Las ciudades españolas se llenan de decoraciones brillantes y coloridas durante el día y de luces deslumbrantes por la noche.
Las plazas del casco antiguo se convierten en el escenario de los puestos navideños.
En estos mercados, a menudo puedes encontrar un hermoso regalo o un chocolate que no puedes encontrar en ningún otro lugar, o puedes ir con el chocolate y probar unos deliciosos turrones mientras tomas un chocolate caliente.
Los mercados navideños crean buenos recuerdos de la temporada festiva.
Simplemente no puedes ver el Fra de Santa Lucía en Barcelona, el mercado más antiguo de España.
Este querido mercado se extiende a lo largo de la Avinguda de la Catral en el barrio Gótico de la capital catalana.
Vendió por primera vez figuritas de Belén de papel y arcilla a los feligreses en 1786 y la primera mención del mercado la hizo el escritor catalán Rafael Amat en el siglo XVIII.
Amat menciona una ‘fiesta en la calle’, donde se reúnen belenes, santos, pastores, animales y ‘multitudes’.
También se dice que a la misma feria se la llamaba ‘Feria de la Mujer’ ya que se creía que allí acudían mujeres solteras a concertar matrimonios.
Las niñas, junto con sus madres, estaban bien vestidas y arregladas para encontrar pareja.
Hoy, atrae a miles de compradores todos los días hasta Navidad, donde buscan decoraciones, muérdago y regalos hechos a mano en casi 300 puestos.
El mercado cierra el 23 de diciembre.
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