- autor, Macy Lilly White
- Role, BBC News, Oeste de Inglaterra
Los investigadores universitarios dicen que han logrado un «gran avance» en el desarrollo de manos robóticas hápticas.
El profesor Nathan Lepora, catedrático de Robótica e Inteligencia Artificial, de la Universidad de Bristol, ha creado una mano robótica de cuatro dedos capaz de girar bolas y juguetes en cualquier dirección y dirección.
Las mejoras en la destreza podrían tener implicaciones importantes para la automatización de tareas como la manipulación de mercancías en los supermercados o la clasificación de residuos para su reciclaje.
Los próximos pasos de esta tecnología son pasar a ejemplos de ingenio más avanzados, como el montaje manual de objetos como LEGO.
OpenAI se convirtió en el primero en demostrar hazañas de destreza humana con una mano robótica en 2019, pero rápidamente disolvió su equipo de robótica.
Su configuración incluía una jaula que contenía 19 cámaras y más de 6.000 unidades centrales de procesamiento (CPU) para aprender las enormes redes neuronales que pueden controlar las manos.
El profesor Lepora quería saber si se podrían lograr resultados similares utilizando métodos más rentables.
Cuatro equipos del MIT, UC Berkeley, la Universidad de Columbia en Nueva York y Bristol han logrado avances en la destreza manual robótica utilizando “configuraciones simples” y computadoras de escritorio.
El desarrollo de un sensor háptico de alta resolución fue posible gracias a los avances en las cámaras de los teléfonos inteligentes que ahora son tan pequeñas que pueden caber cómodamente en la punta de los dedos de un robot.
El profesor Lepora dijo que su equipo creó una prótesis en la yema del dedo que utiliza una red impresa en 3D de papilas en forma de alfileres (similares a las protuberancias de la lengua) en la parte inferior de la piel, basándose en copias de la estructura interna de la piel humana.
«Estas papilas se fabrican utilizando impresoras 3D avanzadas que pueden mezclar materiales blandos y duros para crear estructuras complejas como las que se encuentran en biología», dijo.
«La primera vez que este trabajo fue realizado por un robot al revés, fue muy emocionante, ya que nadie lo había hecho antes».
El profesor Lepora añadió que inicialmente el robot dejaría caer el objeto, pero su equipo encontró la forma correcta de entrenar la mano utilizando datos hápticos.
«De repente funcionó incluso cuando se agitaba la mano en un brazo robótico», dijo.
La investigación de la profesora Lepora fue posible gracias a que recibió el premio Leverhulme Trust Research Leadership Award.
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