Katrina Berhudov, Veronica J. Wirtz, Anna Wong, Violet Russo, Gillian Koehler
Correspondencia con la profesora Gillian Koehler; [email protected]
Cuadro de resumen
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La pandemia de COVID-19 destaca la necesidad de alejarse del contrato social actual, que se centra en la responsabilidad del Estado-nación de proteger la salud de su población, incluso mediante el suministro de medicamentos y tecnologías sanitarias esenciales.
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Abogamos por la adopción de un contrato social global, un concepto de gobernanza que sienta las bases de cómo las naciones actúan como miembros de la comunidad internacional, como reguladores de la industria farmacéutica privada y como garantes de los bienes públicos que benefician a las personas en todo el mundo.
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El contrato social global debe basarse en un conjunto de cuatro principios: la administración estatal colectiva de la tecnología farmacéutica y sanitaria; Equidad y protección de la salud como derecho humano; sistema de gobernanza mundial eficaz; transparencia gubernamental y responsabilidad democrática.
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Esta base podría servir como base para un futuro tratado sobre pandemias y un modelo para abordar la crisis mundial más amplia del acceso desigual a medicamentos y tecnologías sanitarias para enfermedades transmisibles y no transmisibles.
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