Una mujer que nunca ha trabajado se enfrenta a una factura fiscal de 400.000 euros tras una investigación del CAB

Una mujer que nunca ha trabajado ha perdido una apelación contra una factura fiscal de casi 400.000 euros tras una investigación de la Oficina de Activos Criminales (CAB).

La Comisión de Apelación Fiscal (TAC) falló a favor de la CAB después de que presentara a la mujer, cuyo nombre no ha sido identificado, una reclamación en 2020 por impuestos impagos de 389.632 €.

El CAB impuso a la mujer un impuesto sobre unos ingresos “inexplicados” por un importe total de unos 740,00 euros que recibió en varias cuentas bancarias entre 2006 y 2017 y que sirvieron para comprar una propiedad por 346.500 euros en 2016, y varios coches.

También presentó una reclamación fiscal en relación con bienes no declarados que le regalaron sus hermanos por un valor total de 230.000 euros.

Los pagos solicitados por la CAB corresponden a impuestos sobre la renta e impuestos sobre adquisiciones de capital no pagados.

Se informó al TAC que las negociaciones para llegar a un acuerdo entre las partes en un intento de evitar una apelación no tuvieron éxito. TAC escuchó que la mujer había estado solicitando el subsidio de búsqueda de empleo del Departamento de Protección Social durante todo el período.

La recurrente, de 43 años, dijo al TAC que había estado recibiendo pagos de asistencia social desde que tenía 18 y que nunca había trabajado ni dirigido un comercio.

Aportó pruebas de que su única fuente de ingresos eran las prestaciones sociales y que los ingresos que la CAB le había evaluado eran “incorrectos”. La mujer afirmó que no podía aportar depósitos a las cuentas bancarias que tenía conjuntamente con su padre y su hermano porque no tenía los medios para hacerlo.

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Ella le dijo a TAC que nunca compró los autos a su nombre y que sus hermanos los habían registrado a su nombre, a pesar de que ella estaba asegurada para conducirlos.

La mujer afirmó que no sabía que estaba registrada como propietaria legal y que se dio cuenta de que el seguro estaba a su nombre porque recibiría primas más baratas que sus hermanos.

También afirmó que no recibió dinero por la venta posterior de ninguno de los vehículos.

La mujer dijo que varias propiedades fueron puestas a su nombre como fideicomiso para el resto de la familia.

Afirmó que la propiedad adquirida a su nombre por 346.500 euros había sido comprada por su hermano con dinero que suponía procedía de su trabajo como pintor.

evidencia familiar

El padre de la mujer declaró que había registrado su nombre en cuentas bancarias por si padecía algún problema de salud y que un depósito de 104.000 euros correspondía a su propio dinero y a los pagos de préstamos de varios de sus hijos.

TAC supo que el hermano de la mujer, cuyos asuntos fiscales estaban siendo investigados por no presentar declaraciones de impuestos, no se había presentado como testigo en su caso.

TAC se enteró de que el nombre de la mujer había aparecido en cuentas bancarias a su nombre, así como en cuentas conjuntas con su padre y su hermano.

CAB solicitó que pagara impuestos sobre el monto total de la vivienda en su propia cuenta y el 50% de los montos inexplicables pagados en cuentas que compartía con sus familiares.

El comisionado de TAC, Andrew Vigere, dijo que la carga de la prueba recaía en las mujeres, que tenían que demostrar que, en el equilibrio de probabilidades, la evaluación fiscal realizada por el CAB era incorrecta.

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Viguere dijo que era ella quien tenía la responsabilidad de demostrar que los ingresos que recibía procedían de una fuente verificable.

Declaró que no se había explicado el origen de la gran mayoría de la vivienda pagada en la cuenta que ella tenía conjuntamente con su hermano, y que la evaluación del CAB correspondiente se mantenía.

El Sr. Vigeri dijo que el impuesto correspondiente también debería ser evaluado en 2006 por la cantidad de 11.080 euros, que representa el 50% del saldo inicial de la cuenta porque tampoco se explicó su origen.

También confirmó que el impuesto se aplicaría a seis vehículos cuyo dueño registrado era el propietario porque no especificó el origen del dinero utilizado para comprarlos.

El Comisionado de TAC dictaminó que a la mujer también se le debería aplicar el impuesto de retención de intereses de depósitos (DIRT) en las cuentas compartidas con su padre y su hermano que no fueron evaluadas por el CAB.

Viguere dijo que los depósitos en la cuenta bancaria de la mujer incluían en su mayoría pequeñas cantidades de dinero, aceptó su evidencia sobre ellos y sostuvo que ella no estaba obligada a pagar impuestos.

Ordenó que se modificaran las evaluaciones fiscales para reflejar su juicio y ciertos cálculos incorrectos realizados por el CAB en relación con donaciones entre hermanos, pequeñas donaciones, asignaciones por hijos y sanciones.

Vigre reconoció que la mujer se sentiría decepcionada por su fallo, pero dijo que tenía razón al buscar claridad legal en su apelación.

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